En un contexto geopolítico marcado por la tensión en Oriente Medio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado su próximo viaje a Israel, un gesto que refuerza los lazos históricos entre ambos países en un momento de especial delicadeza. 

La visita de Biden a Israel cobra relevancia en medio de la amenaza inminente de una incursión terrestre en Gaza, un conflicto que ha mantenido al mundo en vilo y ha generado llamados a la paz desde diversas partes del globo. Este gesto del presidente estadounidense no solo demuestra el compromiso continuo de Estados Unidos con la seguridad y estabilidad de Israel, sino que también sugiere un esfuerzo por mediar y buscar soluciones pacíficas en una región acosada por la violencia. 

El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo en Washington que además de Tel Aviv, Biden viajará a Jordania donde se reunirá con el rey Abdullah II, el líder palestino Mahmud Abás y con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi.

"A nuestra solicitud, Estados Unidos e Israel acordaron formular un plan que permitirá que la ayuda humanitaria de países donantes y organismos multilaterales llegue a los civiles en Gaza", aseguró Blinken, quien es el secretario de Estado.

La relación entre Estados Unidos e Israel ha sido históricamente sólida, fundamentada en valores compartidos y una cooperación estratégica en diversos ámbitos, desde la seguridad hasta la tecnología y la economía. Durante su visita, se espera que el presidente Biden se reúna con líderes israelíes para discutir los temas cruciales y sobre la crisis y guerra que está viviendo.