El pasado jueves 13 de noviembre de 2025, el mandatario colombiano confirmó que había autorizado un bombardeo de alta precisión en zona rural del departamento de Arauca, con el objetivo de neutralizar al grupo representado por Iván Mordisco. El operativo fue realizado por las Fuerzas Militares de Colombia en coordinación con la Policía Nacional de Colombia, y apuntaba al frente armado conocido como Estado Mayor Central, bajo el mando del citado cabecilla. 

Durante su discurso, Petro sostuvo: “Hoy ha ocurrido otro bombardeo ordenado por mí, veremos las consecuencias”.   Además precisó que “van 12 bombardeos ordenados por mí y exclusivamente por mí, guardando al máximo el respeto de derechos humanos”. 

Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, informó que la operación tenía como objetivo directo a alias Antonio Medina, hombre de confianza de la estructura de Mordisco, y que “se ejecuta contra uno de los capos del narcotráfico del cartel de alias Mordisco que delinque en Arauca”. 

El operativo —siguiendo fuentes oficiales— cumple con los protocolos del Derecho Internacional Humanitario y cuenta con apoyo de inteligencia internacional, aunque bajo criterios estrictos de protección de derechos humanos. 

El anuncio representa un cambio de tono en la política de seguridad del Gobierno, que había mostrado una orientación más dialogante hacia los grupos armados ilegales. El mensaje es claro: se intensifica el uso de la fuerza como herramienta estatal ante amenazas al orden público.