La Policía Nacional, en coordinación con el Servicio de Seguridad Interior de Francia, incautó en Soacha (Cundinamarca) 500 kilos de cocaína avaluados en más de 27 millones de euros, que tenían como destino final Europa. La droga provenía de Buenaventura y pertenecería a una red de narcotraficantes colombianos y europeos, que operaba en outsourcing con el Clan del Golfo, una de las estructuras criminales más poderosas del país. Este resultado reafirma que, aunque el narcotráfico cruza fronteras, también lo hace la lucha conjunta de las autoridades nacionales e internacionales contra estas organizaciones criminales.