Gabriel Meluk es contundente: “No más cálculos, no más combinaciones, no más angustia, no más, no más…” El mensaje es claro: Colombia tiene que ganarle a Bolivia en Barranquilla, sin adornos ni retórica, incluso si es “1‑0, con un gol feo, sufrido, enredado, en contra…”; ganar y ya, porque lo esencial y lo fundamental es lograr la clasificación al Mundial de Norteamérica 2026.

Para Meluk, lo primero es lo primero: clasificar sin depender de terceros. Después, si se logra el objetivo, ya se podrá pensar en ser cabeza de grupo por el escalafón FIFA. Advierte que no basta con confiar en la calidad o en la estadística histórica; la victoria no se consigue por la camiseta, menos aún por el supuesto “facilismo que vende goleadas como en feria barata”.

Desde lo táctico, Meluk subraya la necesidad de paciencia, solidez y orden. Para él, mantener el arco en cero es el primer paso hacia la victoria urgente y necesaria. Esa seguridad defensiva permite luego abrir el juego: h ay que abrir la cancha, generar movilidad, buscar remates desde media y larga distancia… ¡hay que rematar al arco para meterla!

El equipo ya demuestra seriedad en su convocatoria, con figuras como James Rodríguez y Luis Díaz como líderes emocionales. Además, Dayro Moreno ha sido llamado como sorpresa para aportar experiencia y goles clave. Bolívar, por su parte, se presenta como un rival compacto y disciplinado, con un bloque medio fuerte y bien estructurado, dispuesto a complicar la generación de juego cafetera.

El clima también tendrá un papel relevante. Aunque hay probabilidad de lluvias antes del partido del jueves 4 de septiembre, para las 6:30 p.m. —hora del inicio— el cielo debería estar más despejado. Además, la alta temperatura y humedad en Barranquilla —con sensación térmica hasta de 38 °C y humedad del 81 %— obligan a estar atentos a la hidratación constante, especialmente para Bolivia.

Este partido es decisivo: con 22 puntos en el sexto lugar, Colombia puede sellar su clasificación directa al Mundial con una victoria. Incluso un empate podría servir, pero depende de otros resultados. Históricamente, el Metropolitano ha sido un fortín frente a Bolivia: 7 partidos, 7 victorias, sin goles recibidos.