Luis Eduardo López Rosero, condenado por corrupción en la UNGRD: seis años de prisión por direccionamiento de contratos
Escrito por Redacción Pereira Último Minuto , 19 de Junio de 2025. Guardado en Judiciales

Corrupción en la UNGRD, carrotanques de La Guajira y contratación pública amañada: estos son los pilares de uno de los escándalos más sonados del 2025. El contratista Luis Eduardo López Rosero fue condenado a más de seis años de prisión por su papel en el entramado de direccionamiento de contratos dentro de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Una condena que llega después de la firma de un preacuerdo con la Fiscalía General de la Nación. Pacto judicial: seis años de cárcel y devolución del dinero robado La Fiscalía logró que López Rosero aceptara, de forma libre y voluntaria, su responsabilidad por los delitos de concierto para delinquir agravado, peculado por apropiación propio y en favor de terceros, falsedad ideológica en documento público y falsedad en documento privado. Un juez penal especializado de Bogotá le impuso una pena de 6 años, 1 mes y 21 días de prisión, una multa de 7.948 salarios mínimos legales mensuales vigentes y una inhabilidad permanente para ejercer cargos públicos o contratar con el Estado. Además, como parte del preacuerdo, López Rosero reintegró los 7.722 millones de pesos que se apropió ilícitamente, una suma que simboliza una pequeña reparación frente al daño institucional causado por este esquema de corrupción. El caso de los carrotanques: así se amañó el contrato para La Guajira La historia se remonta al periodo entre septiembre de 2023 y enero de 2024. López Rosero, aprovechando su cercanía con funcionarios internos de la UNGRD, recibió información privilegiada de los procesos contractuales en marcha, específicamente uno relacionado con el suministro de carrotanques para atender la emergencia hídrica en La Guajira. Con esa información, ajustó las propuestas, cotizaciones y documentos de sus empresas, asegurándose de que cumplían con los requisitos técnicos y administrativos que garantizaran la adjudicación. El resultado fue claro: el contrato quedó en sus manos. En contraprestación, pagó sobornos a los responsables de filtrar la información, consolidando así un ciclo de corrupción que, aunque breve en el tiempo, tuvo un impacto millonario.
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