En la madrugada del 13 de junio de 2025, Israel ejecutó una operación militar a gran escala denominada "León Creciente", dirigida a instalaciones nucleares y militares en Irán . El ataque involucró más de 200 aeronaves y fue precedido por misiones encubiertas del Mossad en territorio iraní. Según fuentes oficiales israelíes, el objetivo era neutralizar la capacidad nuclear de Irán, que según inteligencia israelí, había enriquecido suficiente uranio para fabricar hasta 15 armas nucleares.

Entre las víctimas fatales se encuentran el general Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica; el general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas; el general Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial; y los científicos nucleares Fereydoun Abbasi-Davani y Mohammad Mehdi Tehranchi . Estos ataques marcan una escalada significativa en las tensiones entre ambos países.

En respuesta, Irán lanzó más de 100 drones hacia territorio israelí, aunque la mayoría fueron interceptados sin causar daños significativos. El gobierno iraní calificó el ataque israelí como una "declaración de guerra" y prometió represalias severas. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, advirtió que "el régimen sionista se preparaba para un destino amargo y doloroso".

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó la ofensiva como una medida preventiva para evitar que Irán desarrolle armas nucleares. Aseguró que los ataques continuarían "durante los días que fueran necesarios para eliminar esta amenaza" . Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que su país no participó en la operación y advirtió que, de no retomarse las negociaciones nucleares, podrían producirse "ataques aún más brutales".

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. El Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia, mientras que países como Francia, Alemania, el Reino Unido y Turquía instaron a la calma y al diálogo. La situación ha provocado la cancelación de vuelos en el espacio aéreo del Medio Oriente y ha elevado el riesgo de un conflicto regional más amplio.

Este ataque representa el enfrentamiento más directo entre Israel e Irán en décadas y podría tener consecuencias duraderas para la estabilidad en Oriente Medio. La comunidad internacional sigue de cerca los desarrollos, temiendo una mayor escalada que involucre a otras naciones en la región.